Más sobre la estrategia sindical: respuesta a los cc. Siguas y Aguilar.

Hace unas semanas escribí un post sobre la estrategia actual del sindicalismo peruano. Agradezco a los compañeros y compañeras que han reenviado el post a otras personas, a raíz del mismo se articuló una pequeña discusión con algunos colegas y dirigentes sindicales. La misma está en los comentarios del post. Luego, hace unos días los cc. Daniel Siguas y Gonzalo Aguilar, han escrito en sus respectivos blogs algunos comentarios al mío.

Como la idea es discutir, confrontar e intercambiar ideas. Pues nada, aquí mis respuestas a sus críticas. Debe quedar claro, que esta es una discusión entre gente de izquierdas. Perder tiempo en etiquetas y excomuniones es simplemente eso, perder tiempo.


En primer lugar, algo que es necesario repetir porque alude a uno de esos “mitos” que abundan en la cultura izquierdista local. Siguas reduce la estrategia sindical de la CGTP a los intereses políticos del PC. Es decir, reduce la diversidad de la CGTP en la casi homogeneidad del PC.

Ciertamente, en la década de los 70s, es decir, la primera década de la CGTP tras su refundación, se registró una articulación subordinada y restringida con el PC Unidad. Esto no era un fenómeno único en ese entonces. Lo mismo ocurría con la CCP y el PUM, el Sutep y Patria Roja, la CNA y el PSR y muchos otros ejemplos más.

Pero imaginar que algo así persiste en la actualidad, es simplemente un prejuicio producto de la ignorancia de cómo funciona el sindicalismo local. Siempre me asombra como tantos jóvenes izquierdistas que llenan de elogios al proletariado en sus discursos y escritos, pueden aceptar con tanta naturalidad la idea que la principal central sindical peruana sea manipulada al antojo de un pequeño Partido Comunista.

Los sindicalistas peruanos no son autómatas ni borregos. Nunca lo han sido. La relación partido – sindicato siempre ha sido una tensión complicada y hoy en día lo es más. Como repito cada vez que escucho este argumento. En el Consejo Nacional de la CGTP -conformado por 45 dirigentes nacionales-, se presentan todas las tendencias de la izquierda local y el grupo más grande son los sindicalistas sin militancia partidaria.


En resumen, afirma que "centralizar y fortalecer" es el reto del momento. Pero, ¿qué significa eso? Un problema con la cultura política actual es que prefiere el sonido antes que el contenido. Siguas dice que la estrategia sindical actual no funciona porque no centraliza, pero no dice nada sobre cómo “fortalecer y centralizar”.

Por ejemplo, una frase del c. Siguas que me parece significativa es: "Los comunistas han de ser los primeros en esa lucha, destacar por su entrega y claridad política."

Suena muy bien, pero ¿qué significa en concreto? Camarada, ¿a qué se refiere? ¿Es un deseo? ¿Una invocación? Es una frase vacía de la cual no se puede desprender una línea política ni tareas específicas porque no hay una reflexión detrás de ella. Frente al paciente, el médico exclama “Hay que curarlo”. Gran descubrimiento, doctor. Díganos cómo hacerlo.

El c. Siguas debe decirnos, más allá de todo adjetivo, ¿qué es lo que debemos hacer, para lograr el objetivo que compartimos? ¿Cómo fortalecer y centralizar, camarada? Para criticar una estrategia no basta decir que es fallida. Hay que argumentar porqué lo es y a partir de dicha crítica se construye la alternativa.

Algunas pistas, c. Siguas. Por ejemplo, ¿Debemos de impulsar más paros? ¿Promover huelgas intempestivas? ¿Centrarnos en reclamos salariales? ¿O en modificatorias legislativas? En resumen, ¿Cuál es la consigna? Antes una consigna era la condensación en una frase del objetivo central del programa en una coyuntura específica:
  • “Control obrero de la producción”
  • “Todo el poder para los soviets”
  • “Tierra y libertad”
Pero al parecer, ahora es suficiente con afirmar que “Los comunistas han de ser los primeros en esa lucha, destacar por su entrega y claridad política.” Lo cual en buena cuenta, es no decir nada nuevo ni nada útil.

Sindicalismo para Dummies

El joven compañero Gonzalo Aguilar, que se encuentra estudiando economía, ha tenido la gentileza de comentar el mismo post desde su blog "Economía para Dummies (y otros)". A mí me alegra mucho que el tema sindical empiece a interesar a la juventud universitaria. Ojalá que ese interés se convierta algún día en trabajo real y concreto, que mucha gente nos hace falta.

Veamos, el c. Aguilar tiene un estilo particular de redacción y/o razonamiento que debe ser muy popular en algunos círculos izquierdistas. Dispone de la habilidad de afirmar y negar algo dentro del mismo párrafo sin inmutarse. Me acusa de emplear "argumentos sumamente hipócritas" para luego sin mediar punto aparte siquiera, reconocer “la honestidad de mis planteamientos”.

Pero más allá de sutilezas argumentativas una aclaración de rigor. El que escribe no tiene "jefes", tampoco dios ni amo. No sigo consignas. Milito en un partido que discute orgánicamente su línea política y donde a veces mi voz es minoría y otras no. Trabajo en una Confederación sindical donde su dirección es tal, por merito a la legitimidad de los mecanismos estatutarios que la designan. Soy comunista, por lo tanto pienso con cabeza propia y actúo en colectivo.

Entrando en materia, el c. Aguilar plantea dos temas a discutir: la correlación de fuerzas y el gobierno de izquierdas. No siendo los únicos temas por discutir a partir de su texto, acepto reducir el intercambio a dichos puntos.

Aguilar señala que América latina -sin matices- vive un ascenso “de la clase trabajadora y sus aliados”. Esta afirmación se corrobora señalando que hay gobiernos de izquierda o frentepopulistas como el los llama. "Como consecuencia de ese proceso surgieron gobiernos populistas o de frente popular (en algunos casos preventivos) en Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, Ecuador y El Salvador". Es decir, según Aguilar el proceso de ascenso popular conlleva al triunfo electoral de los frentes populares.

Luego continua: "Sin embargo, en el Perú ganó el APRA y Alan García, con lo que algunos pretenderán demostrar que nuestra realidad es diferente." Y parece que va a empezar a desarmar dicha pretensión pero lo piensa bien y afirma:

"De hecho, ganó García, gobierna el APRA y entonces es diferente, en cuanto a eso estamos de acuerdo." Gonzalo debe detenerse frente a los hechos. Bueno, esta bien, hay otros que son inmunes frente a la realidad.

En resumen, el problema que trata de resolver Aguilar es ¿cómo demostrar que en el Perú también hay ascenso popular si aquí no ha ganado un frente popular?.
Si señala que es la derecha quien ha impedido dicho triunfo, seria poco sensato insistir con lo del “ascenso de los trabajadores” mientras la derecha sigue golpeando. Asi que requiere un responsable en otro lado. Y claro, nada más fácil que culpar a una persona: Mario Huamán.

Para Aguilar, el secretario general de la CGTP es el responsable que no tengamos un gobierno de frente popular en el Perú. Lo dice contundentemente: "Si no cayó el gobierno en julio fue porque la central, que se jura mariateguista, fue, en la persona de Huamán, a todos los medios que encontró para vociferar que “no hay paro el 7, 8 y 9 de julio."

¿Tanto poder tiene el c. Mario Huamán? ¿Bastaba que afirmara que no habría paro para impedir la caída del gobierno?

Pero, sigamos la lógica del c. Aguilar. ¿Realmente hay alguien que considere seriamente que la situación del 7 al 9 de julio era prerevolucionaria? ¿Una crisis nacional de gobernabilidad? ¿La bancarrota política del régimen democrático?

Aguilar nos dice: "Lenin decía que una situación revolucionaria es aquella en que “los de abajo no quieran seguir viviendo como antes, y, que los de arriba no puedan seguir administrando y gobernando como hasta entonces". Y con esta idea, justifica su análisis de la situación política de los primeros días de julio. Lo que ignora es que dicha frase esta fuera de contexto y mal citada. Poner comillas implica una cita textual, no esta parafraseando. Una ligereza de estilo que debería corregirse. Sin reglas claras de argumentación, no es posible el diálogo. Sólo por cultura general veamos:

La sola opresión por grande que sea no siempre origina una situación revolucionaria en un país. En la mayoría de los casos para que estalle la revolución no basta con que los de abajo no quieran seguir viviendo como antes. Hace falta, además, que los de arriba no puedan seguir administrando y gobernando como antes. Esto es lo que observamos hoy en Rusia.” Esta es la cita textual de Lenin presentada en el texto "La celebración del primero de mayo por el proletariado revolucionario" escrito en 1913. Como vemos, el énfasis de Lenin esta puesta en la crisis de gobernabilidad.

Ahora bien, Aguilar utiliza una cita mal recordada para articular su crítica al análisis de la estrategia de la CGTP. Así, confunde los conatos de violencia que esporádicamente afectan a la sociedad peruana con una crisis política general. ¿Por qué? Por que en su análisis epidérmico no va a la raíz de los problemas. Señala que los lamentables sucesos ocurridos en Bagua prueban que "la burguesía no puede hacer lo que quiera".

Lamentablemente, hay sectores de la izquierda que consideran como triunfo toda acción de protesta sin medir el costo de las mismas (en vida humanas) ni las consecuencias políticas que de ellas se derivan. ¿Ha salido el movimiento indígena más fortalecido de esa coyuntura? ¿No están perseguidos los principales líderes amazónicos? ¿No se encuentra Aidesep golpeada por el gobierno y a la defensiva?

Lo que pasa es que para Aguilar la historia es lineal. Lenin en Tres crisis señala que el movimiento revolucionario se da por “oleadas”, es decir en periodos de ascenso, flujo y reflujo. Sólo un dato: de octubre del año pasado a la fecha, más de cien mil trabajadores han perdido el empleo. Han sido despedidos de manera arbitraria e injustificada. Como la inmensa mayoría de ellos carece de sindicato deben aceptar ser lanzados a la calle sin poder articular una acción colectiva en respuesta. Este hecho no entra en el análisis de Aguilar.

Más aún. Veamos los titulares de tres diarios de la capital el 7 de julio. El dia que Aguilar señala que el gobierno estaba por caer pero que Mario Huamán salvó de su ruina. La Primera que se supone un diario más cercano a la izquierda prefiere dar espacio a un tema jurídico local.

Mientras que La Republica y El Comercio efectivamente recogen las declaraciones de Mario Huamán en portada, pero solamente subrayan aquello que les interesa. La Republica coloca que EN LIMA no habrá paro. En letras menores completa señalando que si habrá paro en Arequipa, Puno, Cusco, Moquegua y Tacna. El Comercio en el centro coloca a un futbolista. ¿Al ver dichas portadas puede uno imaginarse que el país esta al borde del abismo?. No.

Entiendo que Aguilar hubiera preferido que Mario Huamán no precisara los alcances de la jornada de protesta, que lo dejará en el terreno de la ambigüedad y se jugara irresponsablemente a un paro que nadie convocó en Lima. Curiosamente, ese era el objetivo del gobierno.

Para el gobierno era necesario subrayar que la CGTP estaba llamando a un paro de tres días. Luego, podrían presentar a los trabajadores asistiendo masivamente a sus centros de labores y afirmar que la CGTP había fracasado en su convocatoria. Así, la CGTP perdía legitimidad y representación frente a los trabajadores y trabajadoras del país. Este es uno de los temas de fondo, c. Aguilar.

El objetivo del gobierno es debilitar la confianza que despierta la central mariateguista entre los trabajadores y trabajadoras, pues el gobierno tiene un proyecto sindical paralelo. Lamentablemente, el radicalismo juvenil de Aguilar lo hace caer redondito en la trampa y termina afirmando precisamente lo que quieren los apristas.

Aguilar quiere demostrar que Mario Huamán hizo unas declaraciones que cambiaban lo programado y que tal variación permitió al gobierno escapar de su bancarrota. ¿Fue asi? Obviamente no.

La CGTP es una institución que se rige según sus normas estatutarias. Un paro nacional debe ser un acuerdo democrático, como lo fue el paro del 19 de julio del 77 y del 79. La Asamblea nacional de delegados, donde más de 300 dirigentes sindicales de todo el país se reunieron, acordó mediante votación, una Jornada Nacional de Protesta para el 8 de julio. En base al desarrollo de los acontecimientos dicha decisión fue acertada. Los hechos posteriores lo han demostrado. Ciertamente, algunas agrupaciones andinas acordaron un paro en sus localidades y regiones, con resultados bastante modestos.

Actualmente, hemos entrado a un periodo de reflujo. Sólo Aguilar entiende que la situación sigue en ascenso. Decir que la lucha en La Oroya es parte de dicho ascenso es simplemente un problema de desinformación.

El segundo tema que plantea es la propuesta de un gobierno de izquierdas. Aquí, Aguilar se enreda en una disquisición sobre lucha de clases, elecciones y representaciones “distorsionadas”.

Veamos. La lucha de clases se manifiesta de diversas formas. Una de ellas, en el ámbito político es precisamente la contienda electoral. Cuando se utiliza el término "distorsiones" se presume que hay una manifestación “no distorsionada” de la lucha de clases ¿Cuál será esa expresión NO distorsionada? ¿Una guerra civil? Aguilar no lo dice.

Luego señala indignado que las elecciones no son el camino para cambiar la correlación de fuerzas. "No es necesarios esperar hasta 2011 para derrocar a García y a la legislación fujimorista." señala tajantemente. Habría que preguntarle entornes cómo piensa él que se puede:
  1. Cambiar la correlación de fuerzas
  2. Derrocar a García y
  3. Cambiar la legislación fujimorista.
Tengo la impresión que el c. Aguilar entiende estos tres temas como uno solo. De allí su entusiasmo y confusión. Son objetivos diferentes y probablemente aludan a estrategias diferentes.

En sus “Conclusiones” Aguilar aporta unas líneas que no tienen desperdicio. "El proletariado debe tener una política independiente. Co-gobernar el estado burgués es, desde el punto de vista marxista, una traición completa." Este es un buen ejemplo de cierto estilo de razonar muy popular en la política local. Se trata de mezclar dos afirmaciones, siendo la primera obvia por si misma y así servir de garantía de veracidad a la segunda. ¿Desde una perspectiva de izquierda, el proletariado debe tener una política independiente? Obvio. Pero de allí no se desprende que “cogobernar el estado burgués” sea una traición al marxismo. Aquí hay un salto conceptual y lógico digno de un campeonato de atletismo.

¿La Comuna no fue un cogobierno o Aguilar no sabe cuál era la composición del concilio elegido en París? ¿No dijo Marx que había un periodo de transición donde sectores de la pequeña burguesía servirían como aliados del proletariado?, ¿y la alianza con los eseristas en el primer gobierno de los soviets no era reconocer a la pequeña burguesía rural en el gobierno?, y la NEP, ¿qué fue entonces?

El c. Aguilar no afirma absolutamente nada concreto como alternativa a lo planteado en el post que critica. Asume como principios, sus propios prejuicios; y nos dice que las alternativas en mesa son todas erradas. No lo demuestra, ni señala en que dirección mirar.

Los marxistas, solamente tenemos un compromiso y es con el análisis concreto de la realidad concreta. Lo cual implica, un método de estudio. El facilismo como ideología, el radicalismo sin lecturas previas y el marxismo de volante pueden ser muy útiles para una noche de tragos en una universidad privada. Para hacer política en serio, se necesita ciencia y conciencia.

Extraño a Llanos, por lo menos él hace la tarea antes de escribir.



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